Psicología de la Salud

Animales Terapéuticos

Nuestras mascotas: fuente inagotable de amor y bienestar

No resulta difícil encontrar a personas que se refieran a las mascotas con las que conviven como miembros de su familia.

Nuestros animales domésticos llegan a nuestras vidas para hacerlas mejores y ayudarnos mucho mas de lo que nosotros creemos. La generosidad que muestra una familia o una persona al comprometerse a recibir un animal en su casa y darle todos los cuidados que necesita, se ve recompensada por todo lo que nos aportan: nos ayudan a recibir el sedentarismo, ampliamos nuestro circulo social, fortalecen el sistema inmune de los mas pequeños y entre otras muchas cosas nos inundan del amor mas incondicional y puro que nunca antes habíamos conocido.

Pero… ¿Y cómo puede ser que los queramos tanto casi desde el mismo instante que llegan a nuestras vidas?:

La oxitocina actúa como neuromodulador en el cerebro donde interviene en diferentes procesos conductuales.  Parece ser la hormona implicada en la formación de vínculos entre individuos. Es sensible al tacto y al contacto físico, y esta demostrado que favorece la conducta maternal. También se ha observado que al igual que ocurre en la madre, se produce un incremento de oxitocina en el cerebro de los padres cuando mantienen contacto físico con su bebe. Además de intervenir en lazos familiares, esta investigándose su implicación en la formación de vínculos sociales, ya que parece jugar una función importante en el establecimiento de relaciones de confianza entre personas”.

En otros estudios se ha demostrado que pasar tiempo con perros estimula la producción de dopamina y endorfina, neuroquímicos responsables de sensaciones de bienestar y placer.

La esperanza de vida de los perros y los gatos es variable dependiendo de la raza, el tamaño, la calidad de vida que haya tenido, etc. En general podemos hablar de un rango de edad que varía entre los 10 y los 15 años, un poco mas en caso de los felinos. Debido a estos ciclos vitales es posible que nos enfrentemos a la despedida de varios de ellos.

Algunas personas pueden pensar que el duelo por una mascota debe ser en tiempo y dolor inferior al duelo por una persona, pero no tiene por que ser así; el impacto psicológico en muchos casos es el mismo.

El duelo que vivimos ante la perdida de un animal de compañía no dista mucho del proceso al que nos enfrentamos cuando perdemos a una persona que amamos.

Se ha establecido que el duelo consta de varias fases: negación, confusión, ira y enojo, dolor y culpa, tristeza, aceptación y restablecimiento.

Las familias somos los responsables de proporcionarle al animal los cuidados necesarios a lo largo de su vida y en ocasiones también tenemos que decidir el momento de su muerte. En esta decisión nos movemos entre la responsabilidad, la duda y el dolor, y muy frecuentemente después llega la culpa.

Sin duda contar con un profesional veterinario que haya establecido un vínculo con la familia a lo largo de los años y conozca al animal es sin duda un factor importante. Los profesionales veterinarios son los que nos deben aconsejar cuales son los procedimientos mas adecuados en cada caso y así facilitar que la despedida sea lo menos dura posible.

Las estrategias de afrontamiento que podemos usar para superar la perdida de nuestras mascotas pueden ser las que hayamos usado para despedir a algún ser querido previamente: celebrar un ritual de despedida o elaborar estrategias que pensemos que nos pueden hacer sentir mejor, como puede ser reunirse con la familia y hablar de los buenos momentos compartidos, rezar, o cualquier cosa que nos pueda hacer sentir mejor, sin pensar que por ser un animal estemos exagerando los sentimientos o las maneras de proceder.

En el caso de los niños es posible que sea su primer contacto con la muerte, es recomendable en la medida de lo posible no mentir a los niños y adaptar el mensaje a la edad de los niños usando las menos metáforas posibles y explicando con calma los procesos vitales. También se recomienda no ocultar los sentimientos de dolor y poder hablar juntos de las emociones que se suscitan en cada miembro de la familia. Para los niños ver que el mismo dolor que sienten ellos es similar al que sienten sus padres, o sus hermanos o hermanas hace que puedan expresar sus sentimientos y normalizar los mismos.

Los niños que conviven con mascotas desde siempre adquieren un vinculo muy especial con ellas y entienden perfectamente bien qué está pasando. Os dejo un video de Nathan con 3 años explicándole a su mamá por que no se puede abandonar a su perrita Calma. Gracias Lucia (@schoolsurf) por compartir el video, intentaremos no morir de amor.

En el enlace de audio que encontrareis mas abajo, charlamos con Sofia Pizarro, veterinaria en la clínica veterinaria el Parque, de esta y otras cuestiones.

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