Psicología social

Identidad grupal: Nosotros mas y mejor que ellos

Estos días estamos viviendo el recrudecimiento más violento y cruel de una guerra interminable en la franja de Gaza. La complejidad de los conflictos bélicos no se resumen a un hecho en concreto, sin embargo, en el estudio de la psicología de los grupos encontramos dinámicas que son para todos nosotros claramente identificables y que sin duda también forman parte de este y otros muchos conflictos.

Henry Tajfel creo la Teoría de la Identidad Social de acuerdo con la cual incorporamos un grupo a nuestra identidad, derivamos nuestro servicio de autoestima al servicio de este grupo. Esta se satisface en el contexto intergrupal a través de la maximización de las diferencias entre el endogrupo (el propio grupo) y el exogrupo (el “otro” grupo) en las facetas que reflejan positivamente al endogrupo o que lo favorecen.

Es decir, nos esforzamos mucho en vernos a nosotros mismos positivamente y a ellos negativamente. Y es así de esta manera donde tenemos el caldo de cultivo perfecto para la discriminación grupal y el racismo.

Tajfel con su investigación mostró que el proceso de prejuicio grupal ocurre incluso cuando los grupos se basan en criterios arbitrarios, como por ejemplo sus gustos musicales. Por absurdo que pueda parecer es una realidad que podemos observar en el día a día, tan sencillo como acudir a un evento deportivo como espectador/a.

La razón por la que queremos ver a nuestro grupo de género-étnico-racial-político-nacional como inferior es porque valida la preeminecia de mi propio grupo, lo que me da un sentido de orgullo y superioridad justa. Esto es lo que siente un miembro del Ku Klus Klan cuando se pone su túnica y su capucha blanca.

El Holocausto fue uno de los peores, pero lamentablemente no el último, ejemplo del grado en que las personas pueden maltratarse entre sí al clasificarse a sí mismos y a los demás en grupos distintos.

La psicología nos da la herramienta para salir de esta tendencia natural (y horrible) de nuestro comportamiento y es extender nuestro sentido de pertenencia a toda la comunidad humana . Mientras nos identifiquemos con subconjuntos de personas en lugar de con toda la raza humana, estamos creando divisiones que nos separan de nuestros semejantes. Divisiones que a menudo conducen a prejuicios y odio.

Mientras reconozcamos que estamos interconectados en lugar de identidades distintas, la comprensión y el perdón pueden extenderse a uno mismo y a los demás con menos barreras intermedias.

Hay un programa llamado «Día del desafío» que incorpora un ejercicio «las líneas que nos dividen» que es una fantástica herramienta de educación para los más jóvenes. Hay una película «This is England» en la que podemos ver claramente este proceso de identidad social.

Estoy segura que si hacemos un poco de introspección podremos ver como todas y todos en algún momento nos hemos creído o sentido mejores por pertenecer a un determinado grupo social.

En mi caso particular la experiencia donde mayor veo reflejada esta identidad social en mi pensamiento y comportamiento fue cuando estuve trabajando en una gran empresa que dividía el trabajo por departamentos. Al principio no supe verlo, pero hubo cierto momento donde mi comportamiento y los pensamientos que tenía hacia otras compañeras compañeros eran impropios de mi. Al reflexionar sobre este cambio en mi no tarde en darme cuenta de lo que estaba pasando. Después continué a modo de observador fijándome en lo curioso y peligroso de esta significación grupal hasta que deje ese trabajo.

Me gustaría leeros y que pudiéramos compartir nuestras experiencias para así poder identificar donde y como poder salir de esta «psico trampa».

¿Quiénes somos cuando se nos caen las etiquetas?

Libro: Autocompasión fiera, Kristin Neff.

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