Habitualmente el termino perfeccionista lo usamos para referirnos a las personas que se esfuerzan por obtener logros superlativos.
El perfeccionismo puede implicar realizar esfuerzos continuos por alcanzar estándares de excelencia que son autoimpuestos, aun a pesar de las consecuencias negativas frecuentemente asociadas con ello.
En muchos casos este rasgo se asocia con una excesiva tendencia a la autocritica. Las personas con un alto grado de perfeccionismo tienden a juzgarse por lo que hacen y consiguen y no por lo que son. Se evalúan a si mismas en función de la productividad y de los logros alcanzados.
Resulta paradójico pero muy a menudo este tipo de conductas perfeccionistas provocan el efecto contrario al buscado.
Los pensamientos perfeccionistas se activan ante determinadas situaciones que generalmente atañen al propio desempeño o al de los demás. Estas situaciones disparan en las personas perfeccionistas una serie de emociones negativas: frustración, ansiedad, ira, tristeza, etc.
Estas personas tienden a pensar en términos de «debería» y «tendría», los cuales se sostienen como reglas o normas que regulan la conducta y su evaluación en la vida cotidiana.
El uso de enunciados en los que encontramos adverbios como «nunca» o «siempre» son muy habituales.
El perfeccionismo se manifiesta a través de pensamientos que contienen determinados sesgos en el procesamiento de la información. Vamos a ver alguno de ellos:
- Pensamiento todo o nada o pensamiento dicotómico: La tendencia a clasificar las experiencias en dos categorías opuestas.
- Sobreestimación de la probabilidad: Creer que la probabilidad de ocurrencia de un suceso negativo es muy elevada.
- Visión de túnel: Consiste en focalizar en los detalles, perdiendo la visión global del evento.
- Doble vara: Usar diferentes pensamientos para evaluar los errores propios y los de los demás.
- Responsabilidad afectiva y necesidad de control.
- Razonamiento emocional: Estimar la probabilidad de un resultado en función de como se hace la tarea.
- Etiquetamiento: Los perfeccionistas utilizan con frecuencia ciertas etiquetas negativas en sus diálogos internos. Por ejemplo, cuando cometen errores se dicen a si mismos: «soy un/a inútil», «no valgo para nada», «soy imbécil».
- Personalización: Esta característica consiste en atribuirse la responsabilidad de un determinado hecho, sin contemplar todos los factores involucrados en este, habitualmente respecto a los de los eventos negativos.
Si te sientes identificado/a o conoces a alguien que pueda estar sufriendo por su excesivo perfeccionismo tengo una buena noticia: desde la terapia cognitivo- conductual un profesional colegiado en psicología te puede ayudar a conseguir tus objetivos sin perder la vida en ello.
El perfeccionismo «saludable» se asocia al sostenimiento de metas elevadas de una forma flexible, un bajo costo en términos de sacrificio de calidad de vida y al desempeño esperado en las diversas áreas de la vida.